"Perhaps I haven’t got a soul.
Daddy said there is no such thing as a soul.”
La verdadera historia de David Helfgott, un maravilloso pianista es narrada en “Shine” (titulada "Claroscuro" en México), película australiana dirigida por Scott Hicks y protagonizada extraordinariamente por Geoffrey Rush donde se muestra como David al vivir
en un ambiente que no era apropiado para
él desarrolla un comportamiento psicótico, los primeros años de vida, el colapso mental,
y la eventual la aceptación pública del prodigio musical de David Helfgott,
demuestra una de las consecuencias de funcionamiento del niño como un objeto de
uno de los padres y el consiguiente desarrollo de las estructuras de
alojamiento patológico.
El padre de David Helfgott,
Peter, un violinista autodidacta con ambiciones musicales frustradas, impuso
sus propias ambiciones hacia David para de esta manera vivirlas por medio de su
hijo. La película retrata al padre de
David como un personaje cruel y autoritario. La obsesión de su padre porque él
fuera un buen músico impidió que David se desarrollara con normalidad, todo
esto llevo a la desfragmentación, al deterioro y al comportamiento posterior
similar a la psicosis.
"El abuelo era religioso.
Muy religioso, estricto y cruel.
Pero lo exterminaron, así que
Dios no lo ayudó. No es chistoso. Es triste. Soy un insensible.”
Hacia el final de su estancia en Londres, David se enfrentó
a una creciente inestabilidad emocional y excitabilidad mental, agravado por la
muerte de de su mentora, la escritora Katherine Susana Pereyra.
La manera en que David se
desligaba del mundo externo, el delirio como forma de protección y los
antecedentes de la relación con su padre dejan suficientemente claro porque
desarrollo el cuadro de psicosis. Lo primero es porque obviamente la infancia
de David no fue para nada fácil y ve muchos de sus sueños reprimidos, es
humillado por su propio padre y recibe de él una exigencia extrema en cuanto a
perfección. Todo eso
contribuye a que David tenga un desequilibrio emocional grave, finalmente la
manera en que él cataliza todo los sucedido es por medio de la percepción del
mundo exterior del cual se desliga. De
manera que vemos a David comportándose y hablando de una manera extraña, que al
parecer no se comunica con nadie, no se percata de nada y habla consigo mismo.
La actuación de Geoffrey Rush es maravillosa y su parecido al verdadero David es espectacular, este trabajo lo hizo merecedor del premio Oscar a mejor actor en el año de 1997 y sin lugar a dudas es una película conmovedora y excelentemente hecha y actuada.